A więc to już kolejny dzień małego Hipoctopusa na południowej półkuli, w rejonach Río de la Plata. Boskie Buenos... Dziś wreszcie mały Hipoctopus poczuł się jak w domu, a to za sprawą wyciągnietego dresu, piekarni na Avenida de Independencia. Po raz pierwszy nikt nie zwrócił na niego uwagi, nie potraktował jak intruza (zwykle intruzi traktowani są tutaj po przyjacielsku, ale bądz co bądz, zawsze jako przybysze stamtąd). Prawie w podskokach dotarłam więc do piekarni, a tam....moja nieuchronna zguba. Pominę już doznania olfatyczne dochodzące od wszelkiego rodzaju przekąsek słonych, patrz: pizza bądz empanada (czyli czegoś na kształt naszych pierogów, ale z kruchego ciasta, nadziewanych produktami różnymi), generalnie włoskich przysmaków, doprowadzających mnie do istnej ekstazy. Skupię się raczej na słodkościach o niezliczonych kształtach, smakach, cenach...nie, nie, żartuję. Ceny ogólnie są bardzo przystępne, jakies 90 centów argentyńskich, czyli ok. 0,72 groszy za medialunę, czyli półksiężyc....Nawet jedzenie tchnie tutaj romantycyzmem, poezją i sentymentalizmem, podobnie jak tango, graffiti, targi staroci, domy z poczatków ubiegłego wieku, nostalgiczne kafejki pełne wizerunków Gardela, równie nostalgiczni starsi panowie wspominający stare, dobre czasy.... No, ale o tym wszystkim w swoim czasie... Tak więc, jedno z pierwszych wrażeń z mojej prywatnej Argentyny na ulicy Independencia, w dzielnicy San Telmo, to wszechobecna pokusa słodkości oraz zapach włoskiej kuchni, ze świeżą bazylią i oregano ogarniający wszystko dookoła (nota bene, nawet moje pranie suszące się na balkonie na dwunastym piętrze...).
Han pasado ya varios días desde que el pequeño Hipoctopus arribó al hemisferio sur, por el Río de la Plata. Buenos Aires divino... como dice una canción polaca... Hoy es la primera vez que el pequeño Hipoctopus se ha sentido como en casa, lo cual se debe a un chándal dos tallas más grande y la panadería en la Avenida de Independencia. Por primera vez en mucho tiempo, nadie se ha fijado en él, no lo ha tratado como a un intruso... (bueno, habitualmente los intrusos, por no decir los otros, son tratados aquí con mucha amabilidad, sorprendente diría yo, sin embargo, sea lo que fuere, siempre como uno de allá). Entonces, dando brincos de alegría casi, llegué a una de la múltiples panaderías de la Av. Independencia, y allí... mi perdición inevitable. Ni siquiera voy a mencionar las sensaciones olfativas provocadas por un sinfín de cualquier tipo de tentepies salados, id est, pizzas, empanadas... (oh, divinas empanadas!!), y generalmente otras delicatessen de origen italiano que pueden llevar a un verdadero éxtasis a cualquiera... Me voy a concentrar en los fricasse dulces de formas, sabores, olores, precios... incontables... No, no es una broma con lo de los precios. Unos 90 centavos por una medialuna es poco... La verdad es que por aquí incluso la comida emana romanticismo, poesía y sentimentalismo, en el mismo grado que el tango, los graffiti, ferias de antigüedades (al lado de la casa misma, pero bueno, sobre ello más adelante), las casas de principio del siglo XX, los nostálgicos cafés repletos de retratos de Gardel e igualmente nostálgicos señores de cierta edad anhelantes de los buenos, viejos tiempos... Pero bueno, otra vez, todo a su tiempo... Así, una de mis primeras impresiones de mi propia Argentina en la calle Independencia, en el barrio San Telmo, es la omnipresente tentación de la dulzura y el olor de la cucina di mamma, con la rúcula (o sea, la albahaca) y orégano frescos envolviendo todo el alrededor (incluso la colada colgada en la planta 12...). Ciao!!!
Han pasado ya varios días desde que el pequeño Hipoctopus arribó al hemisferio sur, por el Río de la Plata. Buenos Aires divino... como dice una canción polaca... Hoy es la primera vez que el pequeño Hipoctopus se ha sentido como en casa, lo cual se debe a un chándal dos tallas más grande y la panadería en la Avenida de Independencia. Por primera vez en mucho tiempo, nadie se ha fijado en él, no lo ha tratado como a un intruso... (bueno, habitualmente los intrusos, por no decir los otros, son tratados aquí con mucha amabilidad, sorprendente diría yo, sin embargo, sea lo que fuere, siempre como uno de allá). Entonces, dando brincos de alegría casi, llegué a una de la múltiples panaderías de la Av. Independencia, y allí... mi perdición inevitable. Ni siquiera voy a mencionar las sensaciones olfativas provocadas por un sinfín de cualquier tipo de tentepies salados, id est, pizzas, empanadas... (oh, divinas empanadas!!), y generalmente otras delicatessen de origen italiano que pueden llevar a un verdadero éxtasis a cualquiera... Me voy a concentrar en los fricasse dulces de formas, sabores, olores, precios... incontables... No, no es una broma con lo de los precios. Unos 90 centavos por una medialuna es poco... La verdad es que por aquí incluso la comida emana romanticismo, poesía y sentimentalismo, en el mismo grado que el tango, los graffiti, ferias de antigüedades (al lado de la casa misma, pero bueno, sobre ello más adelante), las casas de principio del siglo XX, los nostálgicos cafés repletos de retratos de Gardel e igualmente nostálgicos señores de cierta edad anhelantes de los buenos, viejos tiempos... Pero bueno, otra vez, todo a su tiempo... Así, una de mis primeras impresiones de mi propia Argentina en la calle Independencia, en el barrio San Telmo, es la omnipresente tentación de la dulzura y el olor de la cucina di mamma, con la rúcula (o sea, la albahaca) y orégano frescos envolviendo todo el alrededor (incluso la colada colgada en la planta 12...). Ciao!!!
Ciao!!




A to widok z naszego balkonu na 12-stym piętrze, w dole Avenida de Independencia. Na zdjęciu u góry, gdzieś tam na horyzoncie Río de la Plata
2 comentarios:
Hola, Marta, aquí estoy de nuevo, leyendo tu blog... o más bien mirando las fotos.
Tengo un compañero en Renault que nos manda cada viernes una foto suya con un pequeño comentario, una historia. Hoy la historia era muy bonita y le he contestado : "¿No has pensado hacer un blog?". Y le he dicho que le mandaría la dirección del tuyo, que era muy bonito y con fotos muy chulas.
Y me he conectado en casa (con el WiFi de algún vecino benefactor, je je) para darle la dirección, y me he encontrado con que el blog sigue desde Argentina.
Me parece muy bien, aunque esté en polaco. Yo me conectaré de vez en cuando, mientras este simpático vecino no me cierre el grifo de internet.
Nos vemos.
Por cierto, tengo un montón de millas Lufthansa que me van a caducar y el mejor plan que tengo es irme una semana a Buenos Aires a haceros una visita. ¿Qué tal os viene? ¿Tenéis sitio o me busco un hotel barato? Mejor me contestas al correo de Yahoo o el de Renault, que los leo regularmente en el trabajo.
Un besito para ti y otro para Asel.
Llevo un par de semanas bebiendo el café que me trajisteis de Cuba y está muy rico.
Tranki, que lo voy a poner en castellano también para que lo pueda leer todo mi fanclub ahaha Claro que puedes venir, no hay problema,y puedes quedar en nuestra casa, es un barrio muy bonito, ya lo describiré en el blog dentro de poco.Lo único que a partir de 12 de diciembre nos vamos a Patagonia para unos 12 días así que tendrías que venir antes o después de esta fecha. Todavía no he bebido mate...te lo imaginas...??????
Publicar un comentario