Hoy el pequeño hipoctopus ha recordado una visita muy interesante con Seira y su amigo en casa de los ninjas en Shiga ken, a unas 2 horas en coche desde Kioto. Al llegar vimos una típica casa japonesa de manera que por fuera no parecía nada extraordinario, sin embargo dentro...
Otra vez el pequeño hipoctopus se quedó pasmado por la simpleza y eficacia del ingenio de la nación japonesa desde hace tantos siglos atrás. Intentó apoyarse sobre la pared y ¡o sorpresa! ¡La pared se ha movido! Intentó abrir una puerta corrediza pero a pesar de parecer ser de papel la puerta era tan pesada que apenas se movía... Intentó volver por una ventana que tan sólo se abría por dentro... En una palabra, la casa de las ninjas es una caja de sorpresas no sólo para el pequeño hipoctopus sino para cualquiera que haya intentado irrumpir en ella sin haber sido invitado... La mayor sorpresa fue un pozo con un túnel subterráneo que unía la casa con otra por donde podían escapar los ninjas en caso de un ataque inesperado.
El pequeño hipoctopus, un tanto grande para probar todos los escondites, no perdió la oportunidad de probar el tiro de shuriken, un arma mortal en forma de afilada estrella (a veces con las puntas envenenadas); lanzados varios al mismo tiempo el resultado era infalible.
Pese a intentarlo con empeño, los pequeños ninjas azules y rosas han superado al pequeño hipoctopus con creces....
2007-12-22
Sobrevolando los bosques de bambú -casa de ninjas
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