Tengo que admitir: la larga pausa en mis miserables esfuerzos epistolares se debe principalmente a dos cosas: el viaje a Shikoku y Kyushu,y al letargo provocado por una corta pero intensa hibernación por la cual el pequeño hipoctopus está pasando por estas tierras. Como todos ya saben, la casa en Muromachi es más antigüa que el Arca de Noé, de modo que la calefacción funciona con combustible que se compra en una gasolinera. ¿Dónde? De momento nadie lo sabe..., así que todos mis compañeros de casa están esperando quién se lanzará primero a la búsqueda de El Dorado petrolífero. Otra vez me tocará dormir en 4 capas de ropa, gorro y guantes...?? Probablemente. La pereza gana al frío en este caso :-) Pero el pequeño hipoctopus ha vuelto para contar otra vez sobre el país del pescado crudo y sake caliente (o sake caliente! sobre todo ahora...).
2007-12-20
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