...the extraordinary number of natural hot springs and the ancient Japanese practice of bathing daily (without sexual discrimination) led to the early association of water and pleasure. Shinto, the native Japanese religion, advocates both scrupulous cleanliness as well as the lusty celebration of human fertility. (...) It was probably during the heyday of Japan's last great shogunte dynasty (1603-1868) that the term mizu shobai became a part of the daily vocabulary of the Japanese.This was a period that saw the rise of huge bathhouses in which the pleasures of the flesh were as much of an attraction as the hot water, a great network of roadside inns around the country that feaured hot baths and sexual release, and the expansion of geisha districts and courtesan quarters in every city in the country.
Japan unmasked, The Character & Culture of the Japanese, Boyé Lafayette De Mente, Tuttle Publishing, Singapore, 2005
Sentou se puede traducir como casa de baño, baño termal o simplemente spa. El agua siempre ha sido un factor inseparable de la realidad japonesa; no tan sólo proporcionaba relajación sino que también servía como fondo para reuniones comerciales, ya que es costumbre hablar sobre negocios en el ambiente relajado de los onsen o casas de té esparcidas por todo el país.
En Japón existen dos tipos de baños públicos: los onsen, los rotenburo (al aire libre en un entorno natural o casi natural) y los sentou, o casa de baño, habitualmente en el interior. Hoy os voy a hablar sobre el sentou de Funakoka, ya que hace poco, el pequeño octopus tuvo el placer de visitar uno por primera vez y se quedó pasmado. El sentou/onsen de Funakoka, fundado en 1923, escondido entre los callejones del norte de Kioto, parece una casa cualquiera por fuera. Tejado de madera, rodeada de magnífica vegetación de un pequeño jardín en el cual se esconden las fuentes de agua caliente.

Al entrar, como es costumbre, nos quitamos los zapatos, pagamos la entrada (390 yenes, tiempo ilimitado, hasta cerrar) y los hombres y las mujeres se dirigen a sus partes respectivas del sentou. Es curioso que el lugar alterna todos los días para que todos puedan disfrutar la totalidad del sitio. Entonces el pequeño hipoctopus, algo ruborizado, se quita la ropa y entra en un mundo blanco y desconocido escondido detrás de una nube de vapor, entre las aguas cristalinas de las inmensas piscinas y bañeras de madera. Sentou es un espacio abierto, con duchas, ya que es obligatorio lavarse el cuerpo antes de acceder al baño común.
Tímido, el pequeño hipoctopus se dirige hasta una enorme bañera con jacuzzi, pero de repente se le abre otro universo: un pasillo hasta afuera, a unos pequeños estanques de piedra, uno con agua caliente, otro con fría que mana de lo alto de la boca de un dragón de piedra dormido entre los bambúes. El aire fresco de noche es una bendición después de sumergirse en los vapores del manantial. El estanque frío es un tanto traumático, sin embargo, es indispensable probar esta sensación de frío intercalada con el calor que deja una sensación refrescante, relajante tanto para el cuerpo como para la mente.

Algunos japoneses van al sentou casi todos los días, incluso con niños muy pequeños y bastante regordetes; las abuelas charlan amistosamente y seguramente más de una amistad debió de haber nacido allí. En una palabra: sentou es una excelente manera para mantener cuerpo y espíritu en perfecta armonía. Estar en Japón sin visitar un onsen o un sentou es como ver Paris sin la Torre Eiffel.