Poco después de llegar a Tokio, el pequeño hipoctopus tuvo la oportunidad de experimentar algo un tanto curioso: el desayuno a la japonesa. Básicamente se podría decir que la única cosa que los japoneses y otras naciones suelen desayunar en igual medida, es el café. Pasmado, el pequeño hipoctopus estaba mirando cómo la mesa se llenaba de comidas extrañas, de consistencias sorprendentes. Los japoneses suelen desayunar mucho, sobre todo arroz cocido, pero el verdadero protagonista es natto -pasta de soja fermentada, mezclada con huevo crudo. Hay varios tipos de natto, y habitualmente es uno de los alimentos japoneses que la mayoría de los no-japoneses no son capaces ni de probar. ¿Por qué? Indudablemente por el olor, aunque hay muchísimas variedades y la verdad es que tampoco huele tan mal, así que el pequeño hipoctopus, cómo no, ¡decidió hacer un esfuerzo heroico y probarlo! Y... Oishiikatta! No entiendo por qué natto tiene toda esta fama de repelente entre los gaijin. ¡No estaba tan mal! Peor el huevo crudo, pero lo que de verdad me encantó fue umeboshi, una especie de ciruela muy ácida, normalmente también odiada para la mayoría de los visitantes en Japón. Una curiosidad sobre umeboshi: cuando les comento a los japoneses que es una de mis comidas favoritas, a parte de la sorpresa, todos exclaman invariablemente: “¡Pero es muy bueno para la salud!”. Todavía no he averiguado por qué...


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